el carnaval
jueves, 5 de junio de 2014
el carnaval patrimonio de la humanidad
El Carnaval de Negros y Blancos, es la fiesta más grande e importante del sur de Colombia, si bien por su Indicación Geográfica le pertenece a la ciudad de San Juan de Pasto,1 también ha sido adoptada por otros municipios nariñenses y del suroccidente Colombiano. Se celebra del 2 al 7 de enero de cada año, y atrae un considerable número de turistas colombianos y extranjeros.No es sino hasta mediados de los años 20, del Siglo XX, que va adquiriendo corpus la actual fiesta, en la que se conjugan otras instancias, tiempos y espacios, dotándolo de un carácter más urbano e incluyente. En 1926, los estudiantes mayores de los colegios y de la Universidad de Nariño deciden participar activamente en la fiesta, eligiendo como su reina a Romelia Martínez, y saliendo por las calles vestidos con disfraces en comparsas y bailando al son de la música regional, en lo que se constituye el primer desfile, ya no del Día de Reyes, sino del 6 de enero, o día de Blancos.
Para el 4 de enero de 1929, una cabalgata de más de ciento cincuenta jinetes se aprestaba a Batallón Boyacá. A las tres de la tarde y cuando los jinetes se hallaban listos para el gran desfile, una familia compuesta por el padre, la madre, dos chicas, niños, tres jóvenes que cabalgaban en cansados jamelgos y quienes iban seguidos por peones que arriaban los mulas cargadas de petacas, y haciendo esfuerzos para que unos cerdos y ovejas no se desbandaran y llevando a cuestas jaulas con loros y micos, sin olvidar la "mica" (bacinilla). Era un colono antioqueño con su familia que después de permanecer muchos años en el oriente (Putumayo), había resuelto dejar la manigua para volver a tierra "civilizada".
ambientar los juegos del 5 y 6 de enero, para ello se habían concentrado frente al
Alfredo Torres Arellano y Carlos Martínez Madroñero, organizadores del desfile, ordenaron, a dos de la cabalgata que abrieran campo y ni cortos ni perezosos incluyeron a los viajeros entre los alegres jinetes que minutos después hicieron el desfile. Gozosos los que del oriente venían por tan inesperado encuentro y sin saber por qué de tan animado "tope" ocuparon el centro rodeados de los jinetes en trance de promocionar los carnavales, el jefe de la familia saludaba atentísimo a las multitudes que presenciaban el paso de la cabalgata.
El grito histórico resonó alegre por todos los ámbitos de la ciudad: ¡Viva la Famila Castañeda!,
pasto ciudad carnaval
Pasto, la capital del departamento de Nariño, es la sede de uno de los carnavales más vistosos de Colombia: se trata del Carnaval de Negros y Blancos, exposición de tradiciones típicas nariñenses y de la espontaneidad de sus gentes. Esta ciudad no sólo brilla por la espectacularidad de sus fiestas sino también por la belleza del valle Atríz, donde se asienta con su arquitectura republicana, arte religioso y artesanías.
La ciudad de Pasto se erige en el valle de Atriz, ubicado en las faldas del volcán Galeras, una montaña de 2.527 m.s.n.m. que nace en el Nudo de los Pastos, punto desde el cual se desprenden las tres cordilleras colombianas.
También es un destino turístico de monumentos religiosos e iglesias de arquitectura diversa, razón por la cual se le conoce como la ciudad teológica de Colombia. Los templos que más sobresalen son el de Cristo Rey, San Felipe Neri, San Juan Bautista, Santiago, la Catedral y el Santuario Eucarístico Maridiaz.
encuentros de razas y destinos
Encuentro de razas y destinos
Los antiguos habitantes de estos territorios eran los señores de la luna: los Quillacingas, vecinos de los Pastos, herederos de influencias legendarias y habilidosos guerreros que lograron detener la expansión imperial de los Incas, los poderosos hijos del sol. De los Quillacingas debió quedar la sensibilidad, la paciencia, la capacidad para tallar maderas y redes-cubrir las formas de las piedras y del barro y, seguramente, quedaron los vestigios de rituales y celebraciones impregnadas del espíritu andino y de la vivacidad de los colores y los ritmos.
La presencia española se afincó con fuerza e implantó tradiciones en lo religioso, en lo artístico, en lo idiomático. Algunos investigadores plantean que los autos sacramentales, la iconografía católica, las escenas pastorales, los carros alegóricos y las procesiones majestuosas aportaron los materiales necesarios para que más adelante el ritual sacro encontrara variantes hacia el juego profano, donde se destacan las carrozas y su estética barroca e ingeniosa.
Así mismo, la simbología de los esclavos africanos se incorporó como costumbre que bajó desde el Gran Cauca y aportó cierto grado de libertad a las tradiciones carnavalescas. En el juego de la pintica blancos y negros se vuelven iguales y se borran las antiguas diferencias. Se da el contacto directo, el toque sensual, el desdoblamiento. Una destacada historiadora pastusa, conocida con el seudónimo de Anacaona, escribió que se trata de un "juego-tatuaje, juego-caricia que busca la identidad colectiva al ocultar por un día la identidad individual". Algo así como la afirmación del yo y la disolución del ego en el acontecimiento del todo festivo.
Parece que las celebraciones de negros se iniciaron desde finales del Siglo XIX y que el primer carnaval se efectuó en 1927, precedido por mascaradas, desfiles de vecinos y jolgorios estudiantiles que venían celebrándose desde años anteriores. El carnaval fue el espacio que inventaron los pastusos para transgredir el olvido y condensar la fuerza del juego y de la fiesta a través de una tradición donde se destacan los torrentes de la memoria mestiza. Con razón, la misma Anacaona afirma que en el rito carnavalesco se ocasiona el "abrazo único de la sangre, la memoria y el tiempo".
Es enorme la sabiduría pastusa y profunda la sensación de vértigo en el festejo: porque es encuentro con las fuentes de identidad y con la capacidad de fabular, de soñar y de sentir sin involucrar las fuerzas destructivas que caracterizan el pulso arrebatado de la historia nacional. Uno de los rasgos distintivos del carnaval de Pasto es que disminuye la violencia e intensifica los niveles de comunicación, desvaneciendo las diferencias raciales, sociales y políticas; conjugando la emoción de los sentidos con la exaltación de la imaginaría popular. Estamos hablando de un carnaval que no produce cifras fatales y que logra incrementar los índices de alegría y tolerancia, entre propios y foráneos.
museos de pasto
estos son lugares a parte de los carnavales que se puede visitar ya que son lugares que uno llega a aprender y al mismo tiempo a divertirse con todas las cosas que están en los museos
algunos museos son
- museo del oro (pasto)
- museo del carnaval (pasto)
- museo casona taminango (pasto)
museo del oro
Es propiedad del Banco de la República, se encuentra en el Centro Cultural Leopoldo López Álvarez y se encarga de custodiar el legado artístico ancestral de quienes habitaron esta región suroccidental de Colombia. Fue inaugurado en 1984 y cuenta con tres salas de exposición permanente con 432 piezas patrimoniales de diferentes culturas precolombinas que habitaron el altiplano nariñense y el litoral pacífico. Aquí se podrán observar elementos de orfebrería en plata y oro, así como objetos de uso diario elaborados en cerámica, madera, concha y fibras vegetales.
museo del carnaval
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museo casona taminango
a casa donde se encuentra este museo fue declarada Monumento Nacional en 1971, ya que es una reliquia arquitectónica de la época de la Colonia. Gracias a su restauración por parte de la Fundación Museo Taminango Monasco Dachis, esta se convirtió en el museo Casona Taminango en 1989. Aquí podrá transportarse al pasado de la cultura nariñense gracias a elementos trabajados en barniz de Pasto, talla en madera, paja de toquilla, entre otros, así como la imprenta con tipos griegos utilizada en vida por el profesor pastuso Leopoldo López Álvarez. Junto a este museo se encuentra la capilla de la Virgen de Lourdes.
crónica de un viajero sobre el carnaval
La vida de una persona y de toda la especie humana se parece a una fiesta, que contiene todos los ingredientes de la existencia y siempre guarda asuntos asombrosos. Durante décadas he sido viajero de lugares y culturas y un día tuve la suerte de llegar a Pasto en época de carnavales, sin sospechar que me quedaría un largo período en esta tierra esencialmente hospitalaria. Nada extraño, pues muchos de los que por aquí han pasado, decidieron prolongar su estadía o quedarse para siempre.
Meses después de mi arribo, aún me preguntaba ¿Porqué a Pasto se le llama "ciudad sorpresa" ?Desde luego, la topografía y los paisajes resultan magníficos. El panorama está expuesto sobre una policromía de verdes, ocres y dorados que ascienden hasta la cima del volcán Galeras, llamado así por los conquistadores españoles, tal vez por la semejanza con los velámenes de sus barcos. También, es singular el curso de la historia de sus gentes y la riqueza cultural que poseen. Pero, lo que más sorprende es el humor y la fabulosa sensibilidad que tienen para los asuntos creativos. El carnaval en una síntesis y un ejemplo.
Como toda fiesta auténtica, trastoca lo establecido para dar paso a lo insólito: se altera la rutina, fluyen las emociones, se despiertan los sentidos y queda al descubierto un sutil tejido social que se urde con persistencia, desde diversos tópicos, durante todo el año y que logra su plenitud cuando los preparativos convergen en el tramado esplendoroso de los carnavales, como denominan los pastusos a su fiesta, en plural, quizá porque es una celebración de todos y, al mismo tiempo, es el festejo de cada uno: la alquimia perfecta entre la comunidad y el individuo. En este contexto, lo fantástico parece evidente y lo evidente se vuelve lúdico.
El carnaval es un juego sorprendente y a los participantes se les llama jugadores. No deja de ser curiosa la semejanza con el vocablo que la lengua anglosajona tiene para la actuación: to play. Actuar, jugar, salirse del personaje habitual y desdoblarse en acciones que generan situaciones extraordinarias, que alegran y recrean, estimulando la función expresiva de quienes el resto del año se caracterizan por las costumbres apacibles y el ánimo sosegado. Es ese sentido, el juego redime, transforma la realidad y le abre espacio a una circunstancia donde todos son espectadores y protagonistas de un asombroso divertimento.
¿De dónde se nutre este derroche de magia y alegría festiva? No cabe duda que la respuesta se encuentra en la raigambre y las tradiciones que se han amalgamado y se han enriquecido mutuamente, a través del crisol de los siglos, en los parajes andinos del Valle de Atriz, donde está Pasto y los municipios que circundan la ciudad.
el precarnaval
El precarnaval es unos días antes del carnaval este precarnaval empieza el 28 de diciembre,con el famoso día de inocentes luego sigue el 29 se realiza un concierto de música andina de los años 60 y 70 , y luego sigue el 3 de diciembre que es la serenata a pasto y el 31 de diciembre con el desfile de carros antiguos, y desfile de años viejos
En Colombia las fiestas de fin de año abarcan un extenso periodo, iniciando el día 7 de diciembre con la celebración de las vísperas del tradicional día de la Inmaculada Concepción de María o Noche de las Velitas, continuando con el perido comprendido por la celebración de la tradicional Novena de Aguinaldos (16 al 24 de diciembre) y la Navidad Católica, que tiende a extenderse hasta la fiesta de Epifanía o 6 de enero.
Dentro de ese contexto eminentemente festivo, se enmarcan las celebraciones lúdicas profanas consideradas como un prólogo del Carnaval de Negros y Blancos propiamente dicho, y que en la ciudad de Pasto son principalmente las realizadas los días 28 (día de Inocentes) y 31 (día de los Años Viejos) de diciembre.
- Arco Iris en el Asfalto
En 1996, como una alternativa cultural y ecológica al carnaval del agua y recogiendo iniciativas de estudiantes vinculados a la facultad de artes de la Universidad de Nariño, se crea el proyecto de "Arco Iris en el Asfalto". Por medio del arte y usando la imaginación, con el color de las tizas sobre en el gris del concreto se invita a recuperar el espacio urbano y el sentido del carnaval y la fiesta. Así el carnaval en general, sufre transformaciones, que buscan mantener el espíritu festivo y colectivo del día por medio del arte, generando una nueva actitud frente a la fiesta y la ciudad.
Día de los Años Viejos
El 31 de diciembre de cada año, las calles de la ciudad se llenan de muñecos elaborados con ropa vieja, papel y aserrín, (y antiguamente pólvora, prohibida para uso del público en el municipio desde el año 2006) que representan el año viejo que acabará a la medianoche cuando seán quemados en un ritual de remotos y profundos significados. Desde temprano ese día, chiquillos que acuden a los transeúntes con ansiosas solicitudes de dinero de tipo: "una limosnita para el año viejo, por favor" y (en el desfile) por las "viudas", representadas usualmente por hombres disfrazados de negro y la cara con velos oscuros solicitan ayudas para el "entierro decoroso" o cremación del "difunto" inmediatamente después de las doce de la noche. El evento principal del día con participación de multitudes es el conocido como "Desfile de Años Viejos" en el cual, a través del recorrido de la Senda del Carnaval, desfilan pequeñas carrozas, de calidad y tamaño inferior a las de los días de carnaval, haciendo alegoría a los hechos del año -en especial tocando temas políticos-, en las cuales el año que agoniza deja en un "testamento" cargado de ironías, todo lo que ha representado significantes en ese periodo para la ciudad y el país. Los creadores de los mejores muñecos, reciben premios en efectivo. Antecede al desfile una pequeña muestra de carros antiguos.
El motivo ganador es quemado en la Plaza del Carnaval al terminar ese día, en medio de la verbena popular que generalmente organizan las autoridades municipales para recibir el año nuevo, y es posible que en esos momentos en realidad la ciudad comienza a ser invadida con el espíritu lúdico y catártico del carnaval.A partir de 2006, quedó prohibida la venta de pólvora navideña en la ciudad, como lo estableció el Decreto 0207 de abril de 2005, por lo que la Alcaldía de Pasto y en su defecto Corpocarnaval, son las únicas entidades autorizadas para organizar espectáculos de pirotecnia para recibir el año nuevo.